Las islas de las Bahamas son un paraíso tropical para amantes de la flora y fauna marina. Una naturaleza muy rica y asombrosa que se extiende en esas más de setecientas islas que componen el archipiélago. También, conocido como un lugar de lujo y exclusividad, donde muchos famosos multimillonarios se retiran a descansar en sus residencias: David Copperfield, Donald Trump, Johnny Deep, Mick Jagger, Eddie Murphy, Oprah… Famosos que no es que posean lujosas mansiones, sino que además son dueños de islas privadas.  

No puedo recomendar este destino si no tienes la fortuna de alguno de esos famosos. De no ser así, solo se puede disfrutar de las playas públicas y locales y de los chiringuitos a pie de playa, con Bahama Mama y Coco-Locos, bailes y karaokes incluidos. Algo que yo personalmente disfruté mucho, ya que me encanta sumergirme en el estilo de vida local.  

Viajé a Nassau, capital de Bahamas, en el mes de febrero del año pasado con dos de mis mejores amigas, lo que prometía que iba a ser un viaje lleno de experiencias y risas. Una buena y acertada compañía a la hora de viajar supone el 90% del éxito del viaje.  

En realidad, no empezamos el viaje con buen pie porque casi nos quedamos en Madrid debido al overbooking del avión. Por suerte, llegamos a Nassau, aunque mi maleta se quedó en Londres y no llegó hasta tres días más tarde a Bahamas (no os podéis imaginar la aventura de compartir ropa con mis amigas y la incertidumbre de si mi maleta llegaría a tiempo para poder ponerme mis “modelitos” de playa). Tuvimos un comienzo muy emocionante, pero ahora no son más que meras anécdotas o como me gusta llamarlo a mi “Ley de Murphy de los Viajes”.  

Cruceristas y resorts

¿Por qué elegimos destino Bahamas si es un lugar tan caro? Esta pregunta tiene fácil respuesta. Skyscanner, nos ofrecía billetes de ida y vuelta a muy buen precio (Unos 500 euros ida y vuelta) y los compramos sin informarnos previamente del turismo que Bahamas ofrecía, cómo de asequible era turistear las islas y si era un lugar que podía ofrecer algún valor añadido más allá del turismo de sol y playa. Así que casi que elegimos un destino a ciegas. Teníamos tantas ganas de viajar y de playa que casi nos dio igual el destino.

El hotel nos salió bastante asequible también teniendo en cuenta que hablamos de Bahamas (400 euros por persona diez días). Nos alojamos en el Courtyard by Marriott ubicado en frente de la playa más popular de Nassau: Junkanoo Beach, llena de ambiente local, puestecitos de comida, artesanía y chiringuitos donde probar cócteles típicos. El hotel también estaba muy cerca del centro de la ciudad, a unos cinco minutos andando.  

Bahamas no es un destino de mochileros, ni si quiera un destino para disfrutar de lo local. Este archipiélago vive de los cruceristas que desembarcan diariamente en el puerto de Nassau y que vienen a pasar un día a las islas vírgenes. Bahamas también es un lugar de segundas residencias de adinerados americanos que se retiran a las aguas del Caribe a descansar.  

Grandes resorts all inclusive se levantan a pie de playa. Resorts como el Gran Hyatt Baha Mar, un ostentoso hotel lleno de lujos en el que nosotras, gracias a algunos contactos que hicimos, pudimos “colarnos” e irnos de fiesta. O el The Royal Atlantis Resort ubicado en Paradise Island, escenario de películas como James Bond. Se trata de un mega complejo turístico con torres, suites, casinos, restaurantes finos y parque acuático incluido.  

El Royal Atlantis abre algunas zonas para visitantes mientras que otras están restringidas solo para clientes que pueden llegar a pagar entre 400 y 600 euros por noche. Es una excursión interesante porque el complejo hotelero es precioso ya que la arquitectura simula la ciudad sumergida de Atlantis. Para llegar es necesario coger un ferry, y aunque las playas del hotel están cerradas para el uso exclusivo de clientes, las playas adyacentes están abiertas al público y hay posibilidad de reservar hamacas y sombrillas y de tomarse algún que otro cóctel.   

Paraíso Exumas

Si Bahamas cuenta con 700 islas, las Exumas, también pertenecientes a Bahamas, cuentan con un total de 360 islas más bien conocidas como “los cayos” y que deslumbran por sus arenales brillantes, aguas cálidas y turquesas. También por su flora marina y su fauna: desde tiburones, hasta mantarrayas, iguanas y cerdos nadadores.  

George Town es la ciudad principal y se encuentra en Gran Exuma. Es un enclave único para la práctica de innumerables actividades como la vela. En estas aguas se pueden ver lujosos yates. Curioso es surcar el Caribe y ver a lo lejos la silueta de las islas vírgenes o de algunas de las mansiones que se levantan en ellas. Seguro que este paisaje le recuerda a más de uno a las escenas protagonizadas por Johnny Deep y Orlando Bloom en Piratas del Caribe. O alguna que otra heroica hazaña de James Bond.  

Probablemente, las Exumas, son la actividad estrella en Bahamas. Y tan estrella, que una excursión a un cayo cuesta cerca de unos trescientos euros el paquete más básico. Otras opciones más exclusivas pueden superar los seiscientos euros (y ya ni te digo lo que vale nadar con tiburones o alquilar un barco).

Nosotras pagamos un total de 285 euros por una excursión completa de ocho horas que incluía desplazamientos en bote, bebidas frías, almuerzo completo (buffet), alimentar a iguanas, tiburones y mantarrayas, snorkel y por último también nadar con cerdos.  

Investigamos bastante a la hora de reservar esta excursión porque habíamos leído en Internet muchas críticas, sobre todo en lo referente a los cerdos. Los chicos de la agencia con la que realizamos la excursión, criaban y cuidaban a los cerdos en una granja situada en la Exuma.

Nos sorprendimos muchísimo del tamaño de los cerdos (eran gigantes) y nos divertimos mucho alimentándolos con manzanas. En ningún momento sentí que se acosara a los cerdos, que al mismo tiempo estaban acostumbrados a la presencia humana y ellos mismos se acercaban sin ningún tipo de miedo.

Los cuidadores estaban pendientes de que todos estuviéramos a salvo y disfrutáramos, tanto visitantes como animales. Pero es responsable por mi parte advertir de que no siempre es así y que hay muchas agencias que pueden aprovecharse de la situación y someter a los animales a un trato injusto, por ello es importante informarnos bien.  

Un poco de vida local

Ya sabéis que para mí un viaje no está completo si no me involucro en la vida local. Interaccionar con los bahameños y conocer sus costumbres típicas es mi pasión. Y aunque para conocer lo local hay que irse a las zonas más rurales y alejarse de las playas, aún pudimos conocer algo de la esencia bahameña.  

Nuestro hotel se encontraba en pleno epicentro de una de las playas más locales y concurridas de la zona: Junkanoo Beach. Los fines de semana la música suena sin parar y la gente local se reúne para bailar, jugar al volley ball, bañarse en el mar o vender artesanías. 

Nos pasamos las noches probando distintos cócteles en los chiringuitos de la playa y conversamos con algunos bahameños. Hubo noches de karaoke, algo que por mi experiencia viajando alrededor del Caribe, se lleva mucho.  

El Downtown de Nassau está lleno de arquitectura colonial donde priman los colores vivos. Supermercados, restaurantes de comida caribeña y otros más internacionales como McDonalds o KFC. Tiendas de souvenirs u otras como la de Harley Davidson o Hard Rock Cafe. El local de moda Margaritaville, casinos y bares con “Happy Hour” que anuncian que Nassau es un sitio construido por y para el turismo. 

Bahamas

Segura estoy de que en Bahamas se puede encontrar mucha diversión si se viaja con bastantes ahorros y en una época del año más “turística”. Dio la casualidad de que viajamos en febrero, un mes de baja ocupación hotelera y crucerista. También la situación del Coronavirus empezaba a emerger en muchos países occidentales y supongo que en menor o mayor medida impactó en nuestro viaje.

Desde luego, hay muchas islas del Caribe como Cuba o Jamaica que merecen más atención que Bahamas. Este archipiélago no deja de ser un “Resacón en Las Vegas” en mitad del Caribe. Destino estrella para cruceristas, resorts, lunas de miel y despedidas de solter@s.

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